Todo fanático de la saga de Harry Potter ha soñado alguna vez con jugar quidditch. El deporte del mundo mágico que consiste en treparse en una escoba voladora e introducir el balón por alguno de los tres aros que hay en cada uno de los extremos del campo. Siete contras siete. Cuatro posiciones dentro del campo: tres cazadores, dos golpeadores, un buscador y un arquero. Un deporte mágico realmente alucinante.
En Gran Bretaña dejan fluir su imaginación y, desde el mundo de la ficción, traen a la realidad el deporte más bravo del mundo de los magos. Según informaciones del periódico español Marca, los seguidores más fanáticos aprovecharon el paso de la antorcha por la ciudad de Oxford para disputar un partido de quidditch y hacer un pedido muy peculiar: que el deporte de Harry Potter pase a formar parte de los Juegos Olímpicos.
Parece una broma, pero no lo es. El quidditch ya no solo se vive a través de libros y películas. El primer equipo de la vida real fue formado en 2005 por estudiantes del Colegio de Middlebury, en Vermont y, alucinantemente, ya se dispersó por más de 25 países formando cerca de 700 equipos.
El “quidditch muggle” que tiene incluso una federación, la IQA (Asociación Internacional de Quidditch, sigla en inglés), posee hasta campeonatos mundiales.
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