Bien dicen que nada es impedimento cuando de verdad se desea algo. Gabriel Ferreira es un niño brasileño que nació sin pies y aún así la rompe cuando de patear un balón se trata.
Tiene once años y el fútbol lo apasiona. Dominar un balón, picarla, gambetear y fusilar el arco nunca fue un problema grande ni pequeño para él a pesar de sus limitaciones.
“Cuando recién comenzó a caminar lo perseguíamos esperando que caiga, y nunca cayó”, comentó su madre. Y esta es una frase que resume perfectamente todo lo que ha logrado el pequeño que quiere conocer al argentino Lionel Messi, ídolo del Barcelona.
Gabriel, además, no dudó en participar en la academia azulgrana, donde dejó con la boca abierta a más de uno. No hay excusas.
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